Una semana en Laponia

Hola viajeros!! Como mencioné en el anterior post, hace cosa de unas semanas hicimos una parada en Estocolmo con el fin de llegar hasta la Laponia sueca, el ansiado viaje.

Tras pasar una noche en Estocolmo, al día siguiente sobre las 22:45h cogimos un tren de 17h (ni más ni menos) hasta Kiruna, una de las ciudades más al norte del país. El transporte en Suecia es caro, el tren nos costó unos 80€ ida y vuelta. Un viaje tan largo en tren parece una locura, pero como recomendación si lo hacéis de noche no se hace tan pesado, además dentro del tren hay vagones con camas, aunque son un poquito más caras este tipo de plazas hay gente que lo agradece. Llegamos a la estación de Kiruna sobre las 14:30, antes de que nos recogiera el personal del camping donde nos íbamos a hospedar, decidimos ir al COOP (la cadena de supermercados sueca) a hacer las últimas compras, ya que en el camping como dije en el post de Estocolmo no íbamos a poder comprar nada y ya llevábamos una maleta grande llena de comida.

Hay gente que decide alquilar coches para moverse por la zona, pero nuestro camping también incluía el transporte necesario por lo que nosotros no consideramos conveniente alquilar uno. Tienen furgonetas bastante grandes, así que no hay problema en caso de que seáis muchos (nosotros éramos 8), siempre intentan sacar un hueco para llevaros donde sea. Además hablan muy bien inglés y algunos también español, por lo que el idioma no será ningún problema, todos los trabajadores son gente muy agradable y simpática.

Esa tarde nos dedicamos a investigar un poco el camping (Camp Alta), es un camping que está muy orientado a conocer gente nueva y de todas las nacionalidades, tiene dos saunas, muchísimas actividades para hacer, dos barbacoas cubiertas y los baños y la cocina son compartidos. Cuando cayó el sol (sobre las 17h) sacamos las sillas fuera, como las viejecitas de pueblo, para ver las estrellas. Si pillas una noche despejada se pueden ver una cantidad de estrellas impresionante y si tenéis suerte hasta auroras boreales, aunque lo segundo no es tan fácil poder verlas.

Esa noche, después de cenar, fuimos a la barbacoa grande con otro grupo de amigos de Varsovia (que ellos decidieron hospedarse en la ciudad de Kiruna) y allí conocimos a algunos españoles y franceses que estaban de Erasmus en Suecia. Nos lo pasamos muy bien y justo esa noche... APARECIERON LAS ANSIADAS AURORAS BOREALES!!! No pudimos tener más suerte, no se vieron con mucha intensidad como otras veces y a penas duraron una hora pero mereció la pena pasar ese frío (-25ºC).

Al día siguiente, decidimos ir a esquiar, aunque solo sabíamos esquiar Aitana y yo, no se les dió nada mal al resto. Las pistas de esquí de Kiruna suelen estar abiertas de 10-16h todos los días de la semana. Alquilar el equipo cuesta unos 20€ y el pase para un día entero 6€ para los jóvenes entre 7 y 20 años y 14€ para los adultos, aunque si es de tus primeras veces y no tienes pensado subir en el telesilla, no es necesario que compres el pase diario, puedes hacer uso del resto de remontes de forma gratuita. En esta estación están consideradas todas las pistas de dificultad roja, por lo que si acabas de empezar con esto del esquí no te recomiendo que cojas nada más llegar un telesilla. Mi amiga Laura os puede contar su experiencia no muy satisfactoria con esto, rompió los esquís nada más llegar :)

Al llegar, una vez comidos, decicimos ir a coger sitio en la barbacoa donde queríamos cenar esa noche, ya que el otro grupo de amigos venía a cenar también e íbamos a ser un total de 17 personas. Esa noche no tuvimos tanta suerte y no vimos auroras boreales, pero pasamos la noche alrededor de la hoguera contando historietas y cantando, mientras hacíamos las hamburguesas y las nubes al fuego como en cualquier película americana.

A la mañana siguiente habíamos contratado una excursión de motos de nieve para ese día, así que a las 9:30h teníamos que estar ya preparados. Esta excursión cuesta unos 110€ por persona, pero merece muchísimo la pena. Antes de salir el propio camping te proporciona toda la equipación necesaria para soportar temperaturas de sensación térmica por debajo de los -60 ºC que se experimentan encima de la moto, como recomendación, cubriros bien la cara con la bufanda y llevad buenos guantes... El tour dura unas 6h con una parada de dos horas en el famoso hotel de hielo, cuya entrada cuesta unos 20€.

En las motos íbamos por parejas, en mí caso iba con Carlos, que le gusta poco la velocidad... A la ida conduje yo hasta el Hotel de Hielo, desde mi punto de vista merece la pena entrar, es muy curioso ver como cada estancia del hotel tiene un ambiente diferente y absolutamente todo está tallado con hielo.

A la vuelta condujo Carlos, hicimos una paradita a mitad del trayecto para apreciar el paisaje pero por lo demás... de 130 km/h no bajamos :)

Tras la excursión estábamos tan cansados que no hicimos gran cosa, algunos se fueron a la sauna del camping y otros nos quedamos adelantando cosas de la uni en la sala común. Esa noche nos fuimos a dormir pronto, tras estar un par de horas en el lago viendo por última vez ese cielo repleto de estrellas, ya que allí la contaminación lumínica es ínfima.

A la mañana siguiente, comimos muy pronto porque el tren de vuelta salía a las 13h, así que no nos dió tiempo a hacer gran cosa. El tren de vuelta también fueron 17h como el anterior, alguna de mis recomendaciones para el viaje (porque en este sí que pasamos la mayor parte del trayecto despiertos) son los libros, los juegos de mesa, las películas o series, cualquier manualidad,... En el viaje de vuelta nos dieron a probar el fuet de arce y de reno, aunque parece una barbaridad estaba buenísimo y se asemeja mucho de sabor al jamón serrano. Finalmente llegamos a Estocolmo a las 7h del día siguiente, fue un viaje cansado pero no podíamos estar más felices de todo lo que habíamos vivido. Sin duda es un viaje que hay que hacer aunque sea una vez en la vida.

Paula :)